Repartido en tres plantas pequeñas más una cueva, con un clima relajado, varios ambientes, espacio para eventos y exposiciones.
También dispone de mucha lectura para entrenerse de interesante libros y la compañía de un pequeño perro que se pasea por el local a sus anchas.
Está claro que los perros son bienvenidos a esas horas tempranas.
Los cafés muy buenos, el té de canela y el bizcocho de zanahoria y nueces muy rico y en conjunto todo muy bien presentado.
El precio muy económico para un desayuno sano y natural.
Clientela habitual compartiendo con el personal una amable charla, hace que te sientas cómodo.
Por algo será que tienen puesto en la web:
"Tranquilo, nadie te va a meter prisa"
Pues eso, te entran ganas de quedarte buena parte de la mañana.
Volveremos, el bizcocho dejó huella.